miércoles, 17 de octubre de 2012

Bemol....

Sentado en un lugar desconocido de toda realidad, logro escuchar el canto de un piano
y a lo lejos le pide perdón a la vida, su melancolía es grande
me impregna de sus recuerdos, me contagia nostalgias... Las notas piden consuelo 
Tenores sin voz, y los moderattos de tu mirada, me comparten su calma.

Sin duda cada escala es prescindible... Mozart olvido la partitura 
donde el sonido no lo comprende. 

Variantes desconfiadas se despiden; la verdadera actividad es permeable 
donde tu eres yo, donde el mundo se comprime
la verdad, lo que aprendimos resultó inadecuado; irrelevante.

Donde doble bemol no es la salida que solicitó la melodía sin ritmo
no puedo ejecutar nada de lo que pienso, los acompañamientos no son los precisos
no entiendo que estoy haciendo mal, si las ganas son las mismas, si las fuerzas fueron renovadas.

Sabes, el genio no te da el resultado deseado, ese que fue precisado en el contrato 
que forjaste en el aire, en  aquellas noches, en las cuales aun tenias esperanzas
creo, sinceramente que esta noche no soy buena compañía...
mi instrumento está desafinado, mi conciencia perdió los tiempos.

Perdería la razón, si fuese necesario, los compases son inadecuados, no son perspicacias del bien
el mal es comprensible, hoy en día una escusa, lo permite todo, y la verdad, 
no quisiera vivir en el mundo de los compasivos de si mismo... 

Ese mundo me exige que me engañe a mi mismo, y no quiero ser de los afamados 
que viven de sugerentes prescripciones, de doctores de la alameda 
quiero vivir todo aquello que me niegas, donde los hombres solo piensan, ahí es donde quiero llegar. 

Así que seguiré arpegiando el destino...
le compartiré mi presencia, le cantaré con mi mejor silencio 
para que no se olvide de las bases de cada éxito archivando el compendio que no fue entintado. 



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